Para los que no conocen el término ‘fake news’, se trata de una palabra inglesa que significa ‘noticias falsas’.

De hecho, el diccionario en lengua inglesa Collins la designó como la palabra del año tras determinar que su uso había aumentado un 365% desde 2016.

Por su parte, la RAE acuña la palabra ‘posverdad’ para referirse a una “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.

Y es que el término ‘posverdad’ se ha incluido recientemente en el diccionario español. Sin embargo, las fake news no son un fenómeno nuevo ni mucho menos. Aunque quizás hace unos años lo más común era denominarlo ‘desinformación’.

La razón por la que las fake news han estado tan en auge durante los últimos años, es Internet y las redes sociales. Sin duda la globalización ha contribuido a la rápida difusión de todo tipo de contenidos por todo el mundo en cuestión de segundos.

Para más inri la consultora Gartner incluye una cifras demoledoras en su último informe de Predicciones Tecnológicas para el 2018. Afirma que en el 2022 el público occidental consumirá más noticias falsas que verdaderas y que no habrá suficiente capacidad ni material ni tecnológica para eliminarlas.

La realidad es que las fake news han invadido los periódicos digitales y las redes sociales haciendo referencia a distintas noticias, sobre todo de índole política.

Donald Trump ha llegado a utilizar cerca de 200 veces el término ‘fake news’ en su primer año de Presidencia para, según algunos medios, descalificar aquellas informaciones que no le convenían políticamente.

¿Dé donde salen estas noticias? ¿quién las difunde?

Pero, ¿de dónde salen estas noticias? ¿quién las difunde?

Un informe de Freedom House señala a 30 países distintos como los focos de estas campañas. De hecho considera como totalmente cierta la intervención rusa en la campaña electoral de EEUU y en otros países de Europa.

No es casualidad que en plena campaña electoral surjan noticias falsas propiciadas por grupos que quieren influir en la opinión pública y por tanto, en los votos.

Muchos medios se han hecho eco de Rusia y su posible vinculación en la campaña en contra de Hillary Clinton, destinando incluso hasta 4.000€ en anuncios de Google. Lo que supuso que más de 309.000 estadounidenses vieran ese contenido.

Aunque los objetivos no son siempre ideológicos. Existen motivaciones económicas, como atraer público a una página web y conseguir beneficios por audiencia, o simplemente responden al mero placer de provocar maldad.

Y, ¿qué tienen en común estas campañas? Se viralizan de forma masiva debido principalmente a dos motivos: el uso del humor y el odio. Además suelen seguir un mismo patrón basado en noticias cortas, con muchos nombres propios y un sinfín de destacados calificativos.

Facebook se pone las pilas

Ya en 2016 Mark Zuckerberg anunció al mundo su intención de combatir las ‘fake news’ y la desinformación en la red social.

Pero ha sido a raíz de la propuesta del Ministerio de Justicia de Alemania de multar a Facebook y Twitter por no eliminar las noticias falsas cuando se ha hecho efectivo el cambio. Todo unos meses antes de las elecciones en el país germano.

Y fue a principios de 2017 cuando Facebook estrenó sus herramientas en Alemania para marcar las noticias sospechosas y comprobar su veracidad. Antes incluso que en Estados Unidos.

Pero al parecer, esas medidas no fueron suficientes según Facebook, que acabó rectificando al ver que este método no era muy eficaz y ahora incluye enlaces verificados.

Verificación en Facebook

De hecho, ha sido precisamente Facebook quien ha publicado una serie de recomendaciones dirigidas a los usuarios de la red social para identificar las noticias falsas. En total 10 pistas para poder detectarlas:

  1. Duda de los títulos. Las noticias falsas suelen presentar títulos llamativos escritos en letras mayúsculas y con signos de exclamación. Si un título contiene afirmaciones sorprendentes y poco creíbles, es probable que se trate de información falsa.
  2. Observa con atención la URL. Una URL falsa o que imita una original puede ser una señal de advertencia que indica que se trata de una noticia falsa. Muchos sitios de noticias falsas realizan pequeños cambios en la URL de las fuentes de noticias auténticas para imitarlas. Puedes visitar el sitio para comparar la URL con las fuentes establecidas.
  3. Investiga la fuente. Asegúrate de que la noticia esté escrita por una fuente de confianza respaldada por una reputación de exactitud en la información. Si la noticia proviene de una organización desconocida, verifica la sección “Información” para obtener más detalles.
  4. Detecta si el formato es poco común. Muchos sitios de noticias falsas contienen errores ortográficos o diseños extraños. Lee con atención si observas estas señales.
  5. Presta atención a las fotos. Las noticias falsas suelen contener imágenes o videos manipulados. En ocasiones, es posible que la foto sea auténtica, pero que la hayan sacado de contexto. Puedes buscar la foto o imagen para verificar de dónde proviene.
  6. Comprueba las fechas. El orden cronológico de las noticias falsas puede resultar ilógico, o incluso pueden estar alteradas las fechas de los eventos.
  7. Verifica las pruebas. Comprueba las fuentes del autor para confirmar que sean precisas. Si no se aportan pruebas o se confía en expertos cuya identidad no se menciona, es posible que la noticia sea falsa.
  8. Consulta otros informes periodísticos. Si ningún otro medio está reportando la noticia, es posible que sea falsa. Si aparece en varias fuentes de confianza, es más probable que sea verdadera.
  9. ¿La noticia es un engaño o una broma? En ocasiones, suele ser difícil distinguir una noticia falsa de una publicación humorística o satírica. Comprueba si la fuente de donde proviene suele realizar parodias, y si los detalles y el tono de la noticia sugieren que puede tratarse de una broma.
  10. Algunas noticias son falsas de forma intencional. Reflexiona acerca de las noticias que lees y comparte solo las que sabes que son creíbles.

¿Y qué pasa con WhatsApp?

¿Y qué pasa con WhatsApp?

Al contrario que WhatsApp, Facebook y Twitter son plataformas cuyo contenido es fácilmente analizable y, por tanto, rápidamente reportable a las autoridades competentes.

Y aunque las medidas puestas en marcha para combatir las ‘fake news’ son un buen comienzo para intentar acabar con este problema, parece que queda otro aún sin resolver: WhatsApp.

WhatsApp cifra todas sus conversaciones, haciendo imposible que pueda analizarse o prevenir el tipo de información que se comparte.

Facebook, que es la compañía dueña de WhatsApp desde 2014, no podrá aplicar por tanto ninguna medida técnica para evitar que contenido ilegal sea difundido a través de la aplicación de mensajería móvil.

Sin embargo, parece que WhatsApp ya está probando en su fase beta un sistema para alertar a los usuarios de que cierta noticia ha sido enviada de manera masiva.

Pero no, no se eliminarán los mensajes ni se prohibirá al usuario difundir el contenido que desee.

Por tanto, queda en entredicho que esta medida sea realmente efectiva.

No queda otra que fiarnos de nuestro instinto y hacer uso de nuestra lógica para distinguir lo que es cierto de lo que no lo es.[:]